No es ningún secreto que a la derecha no le ha entusiasmado nunca la sanidad pública. Siempre la han visto como una solución para pobres que, naturalmente, debe diferenciarse claramente de la privada, que es la fetén. De otra forma ¿cómo iba a pagar nadie por un seguro de salud?
Si a ese prejuicio le sumamos el otro que también tienen de que todo lo público es ineficaz (porque no es de nadie) mientras lo privado es estupendo (porque tiene dueño) es lógico que la derecha, donde han podido y tras años de esfuerzos, haya conseguido acercar la sanidad pública a ese ideal de cuasi beneficencia en que la imaginan.
El deterioro asombroso de la sanidad pública madrileña tras décadas de gobiernos de la derecha no es por tanto un problema solo de organización, aun siendo esta espantosa, ni siquiera es únicamente de falta de presupuesto, siendo también algo fundamental. Es más que eso, es la aplicación deliberada de ese concepto que tienen perfectamente interiorizado de que la sanidad pública, y muy especialmente la atención primaria, es un servicio subsidiario para menesterosos, para quienes no se pueden pagar un seguro médico porque ¿quién no puede costearse uno de esos que anuncian tan baratos?
Lo que ocultan es que esos precios de seguros privados solo son posibles porque cuando vienen mal dadas, ese seguro te derivará a la sanidad pública porque ni están dispuestos a costear los tratamientos caros ni les gusta que en sus hospitales se muera nadie. Lo primero es ruinoso, y lo segundo da mala imagen así que: pide una ambulancia y que se lo lleven al hospital público… y date prisa.
A quienes sí creemos en que la salud es un derecho de todos, nos corresponde seguir defendiendo la sanidad pública, por quienes no pueden pagarse un seguro médico, pero también por quienes creen -ingenuos- que con el que ya tienen están cubiertos.
Pedro Barrero
Secretario General PSOE Latina
Concejal PSOE Ayuntamiento de Madrid